Wednesday, December 28, 2005

Anansesem


Cortó kwaku Ananse la cabeza de la pitón. Nyame, el dios del cielo, sonrió. Y convocó a todos los guerreros de su corte celestial."Mirad a Kwaku Ananse, que es más listo que la serpiente pitón". Tomando una caja de oro, Nyame, el dios del cielo, se la dio a Kwaku Ananse. "Ten esta reserva de sabiduría. En lo sucesivo, el pueblo contará historias sobre tu sabiduría y las llamarán Anansesem."



Hablo de cuentos, y no puedo evitar hablar de niños. La imaginación es la puerta más grande de salida de este mundo, y son principalmente los niños los poseedores de la llave que abre camino a mundos desconocidos, lugares desorbitados, personajes encantados, aventuras emocionantes.... ¿No recordáis? Seguro que sí. Yo una vez volé sobre un dragón arrasando castillos, cabalgué por el cañón del colorado perseguido por los indios, atravesé un puente colgante con cocodrilos acechando mis movimientos...¿quién no recuerda algo así? Sé que ese espíritu está perdido hoy en día. Las videoconsolas y sucedáneos frenan todo intento de imaginación. Los parques están vacíos, los niños no juegan ni hacen el gamberro por el barrio, los juguetes tienen luces y se mueven haciendo ruido.... ¿Dónde están los muñecos inanimados que cobraban vida en la mente de cada uno? ¿Dónde están las heridas de guerra tras una tarde de intensa diversión con los amigos? .....
Siento nostalgia, no solo porque recuerdo aquella época con especial emoción, sino porque veo que es algo que se está perdiendo. Y me apena que los niños de hoy se pierdan eso que yo recuerdo como mis mejores años. Siento nostalgia, y sé que no podré recuperar nada de eso. Pero me niego a perder la oportunidad de sentirme un niño, de poder escapar de este mundo con un poco de imaginación, de dejar escapar mi espíritu para que explore los rincones más desapercibidos de una realidad que va perdiendo todo el encanto que una vez tuvo. Si los niños no son niños, los adultos que una vez lo fuimos, seguiremos siéndolo. Es parte de nosotros, mantengamos vivo nuestro legado.