Esencia de hombre
Gran parte de mi interés personal en esta vida ha ido dedicado a descubrir la esencia del hombre, en entender sus reacciones, sus motivaciones, sus inquietudes. En comprender cómo el hombre puede cometer las mayores atrocidades y ser lo que llamamos de forma incorrecta, inhumano.
Mi opinión es que todo forma parte de la esencia humana. Sólo el hombre es capaz de cometer barbaridades que ofenden a la naturaleza. Sólo él es capaz de escapar de las leyes que alguien creó como parte del equilibrio natural de la vida. Y es hombre el que desafía continuamente a Dios y a la vida. Y es la vida la que le pone a prueba con situaciones extremas. La naturaleza puede desvelar del hombre sus más primarias conductas, relatado por ejemplo en "el señor de las moscas", demostrando que no son éstas ajenas al hombre, sino que solo están reprimidas por la racionalidad humana en un mundo de civilización. Solo basta con poner al hombre en situación extrema para que la conducta de éste se vea alterada, dejando de lado los principios racionales, y actuando simplemente según su esencia humana.
Y de pronto me encuentro con que, al igual que todas las cosas en esta vida, no soy el único que se las ha cuestionado, y alguien ya dejó escrito su pensamiento en algún libro que espera ser leído y despertar la inquietud de aquellos que ignoran lo que son. Sin duda hay mejores palabras que las mías para hacerse comprender:
"Pensé y pensé de qué manera podría un hombre llegar a ser así, hasta que me daba cuenta de que yo mismo era de aquella manera, en todo, menos en aceptar el consentimiento formal de la acción."
"No existe un hombre realmente bueno hasta que no sepa realmente cuán malo puede llegar a ser; hasta que no se ha dado cuenta de ello con exactitud, puede hablar desdeñosamente con fanfarronería, palabrería y discusión acerca de los criminales, como si estos fueran simios de la selva y habitaran a millares de kilómetros; hasta que no se halla desprendido de su autoengaño; hasta que no ha expelido de su alma la última gota de la esencia de los fariseos; y hasta el momento en que no tenga la convicción de que ha capturado a un criminal y lo tiene bien guardado debajo de su propio sombrero."
G.K.C
Mi opinión es que todo forma parte de la esencia humana. Sólo el hombre es capaz de cometer barbaridades que ofenden a la naturaleza. Sólo él es capaz de escapar de las leyes que alguien creó como parte del equilibrio natural de la vida. Y es hombre el que desafía continuamente a Dios y a la vida. Y es la vida la que le pone a prueba con situaciones extremas. La naturaleza puede desvelar del hombre sus más primarias conductas, relatado por ejemplo en "el señor de las moscas", demostrando que no son éstas ajenas al hombre, sino que solo están reprimidas por la racionalidad humana en un mundo de civilización. Solo basta con poner al hombre en situación extrema para que la conducta de éste se vea alterada, dejando de lado los principios racionales, y actuando simplemente según su esencia humana.
Y de pronto me encuentro con que, al igual que todas las cosas en esta vida, no soy el único que se las ha cuestionado, y alguien ya dejó escrito su pensamiento en algún libro que espera ser leído y despertar la inquietud de aquellos que ignoran lo que son. Sin duda hay mejores palabras que las mías para hacerse comprender:
"Pensé y pensé de qué manera podría un hombre llegar a ser así, hasta que me daba cuenta de que yo mismo era de aquella manera, en todo, menos en aceptar el consentimiento formal de la acción."
"No existe un hombre realmente bueno hasta que no sepa realmente cuán malo puede llegar a ser; hasta que no se ha dado cuenta de ello con exactitud, puede hablar desdeñosamente con fanfarronería, palabrería y discusión acerca de los criminales, como si estos fueran simios de la selva y habitaran a millares de kilómetros; hasta que no se halla desprendido de su autoengaño; hasta que no ha expelido de su alma la última gota de la esencia de los fariseos; y hasta el momento en que no tenga la convicción de que ha capturado a un criminal y lo tiene bien guardado debajo de su propio sombrero."
G.K.C
posted by kwaku Ananse at 6:57 AM
2 Comments:
Me agobia esta idea Kwaku. Se que es indiscutible. Pero ¿que esperanza le queda al mundo si aceptamos esa verdad?
¿Qué debemos hacer nosotros como seres individuales? ¿Debemos aceptar en nosotros la maldad de la naturaleza humana?¿Debemos por contra luchar contra ella en nuestro interior?
Yo soy partidario de la segunda opción, como creyente que soy; pero ¿cómo si creo que como hombre estoy llamado a la busqueda de la verdad absoluta y del bien, voy a aceptar la condena de esa verdad de la que hablamos? ¿Como aceptar que no esta llamada la humanidad a lo mismo que yo?
Supongo que a fin de cuentas de lo que se trata es de que en esta función que es la vida, lo que provocará los aplausos del espectador al final de la misma, es nuestra capacidad de apostar sabiendo que todo esta perdido. ¿no?
Tagore escribía algo así como...
Se que me has puesto entre los perdedores.
Me arrojaré al al charco, aunque solo sea para ahogarme en él
Apostaré todo cuanto tengo, y cuando lo haya perdido todo, entonces habré ganado.
Sin duda la "inhumanidad" natural humana, es algo que debemos aceptar. Aceptarlo supone tomar conciencia de la realidad. Uno no puede luchar contra algo que no conoce, uno no puede apostar sin saber por qué apuesta y con qué cuenta.
Sin duda, si dejamos que determinadas realidades nos encadenen a un extremo del universo, no podremos nunca explorar las demás galaxias. Pero el conocimiento es nuestra mejor carta. Es quién nos sostiene día a día, quien nos motiva, quién nos inquieta... El conocimiento nos informa del panel de juego, y nos da pistas para saber cómo jugar.
Las realidades humanas son lo poco que podemos conocer de la vida. Y nos ayudará a saber cuales son nuestros puntos débiles, para reforzarlos; y hasta qué punto podemos confiar en alguien que se encuentre sometido a determinadas circunstancias, como poder, riqueza, e incluso pobreza.
Cuando Tagore se refiere a "los perderdores", no hace sino asumir la derrota del hombre. Y su apuesta no es sino la única opción que nos queda, la única esperanza. Aun sabiendo lo que hay, apostemos, porque es lo único que podemos hacer, porque es lo único que puede darnos satisfacción y porque es lo único que nos calma el espíritu.
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