Felicidad
¿Qué es la felicidad? Sin duda debemos contar con que hay diferentes grados de felicidad. Estaría la que llamamos felicidad absoluta, y la que podríamos llamar felicidad relativa. Descarto ya el carpe diem como medio de felicidad a largo plazo. Por que en realidad creo que lo que importa es la felicidad a largo plazo. Lo de Carpe Diem puede estar bien en algún momento, y siempre dependiendo de lo que ese momento pueda significar vivir lo que acontece. Porque claro está, luego habría que asumir las consecuencias.
Podríamos decir que la felicidad absoluta no está a nuestro alcance. Hay quien la espera al otro lado de la muerte como unica opción a la resignación que supone acpetar la no felicidad en esta vida, como unico sentido al sudor de un largo camino.
La felicidad relativa consistiría en conformarse con un estado mediocre de felicidad, aportado por cosas sencillas y sin demasiadas exigencias.
Pero, ¿estamos determinados a ser más o menos felices? ¿Tenemos un destino establecido para acabar de una u otra forma en un plazo de "equis" años?
Mi opinión es que la felicidad está en cada uno. Cada uno busca su forma de ser feliz. El error es buscar la felicidad en lo estipulado. ¿Por qué todo el mundo supone que va a encontrar la felicidad casandose y teniendo hijos? ¿Por qué todo el mundo cree que esos momentos de felicidad se mantendrán hasta el fin de sus días?
Creo que lo de casarse y tener hijos, es una muy buena opción,(a mucha gente le sale bien, pero a mucha otra no) y sin embargo creo que cuesta más trabajo que ninguna otra. Y el trabajo nubla la idea de felicidad supuesta para el matrimonio. Porque no se asume la felicidad del matrimonio unida al trabajo que conlleva. Aceptan un camino duro, basándose solo en un amor que el tiempo la rutina y el esfuerzo van consumiendo. Y cuando éste se desvanece por completo ya es demasiado tarde. Y es que el amor exige esfuerzo, y en eso se basa. En dar, en amar. Pero siempre acabamos exigiendo. Así que casarse y pretender ser feliz supone aceptar el sacrificio hasta el final y desde el principio. Sin esta conciencia, el esfuerzo cae sobre las personas pudiendo con ellas.
Pero a lo que voy es a la conclusión personal de que la felicidad, así como la infelicidad está en cada uno. No depende del mundo que nos rodea sino de cómo el mundo interacciona en nosotros, dependiendo de nuestra actitud. Estoy convencido de que la infelicidad es creada por uno mismo, por nuestra tendencia a buscar ciertas cosas en el lugar inadecuado. Nuestra tendencia de esperar lo que queremos de algo que nos ofrece una cosa muy distinta. Nuestra tendencia de exigir lo que no se nos puede dar. Nuestra tendencia de no aceptar lo que se nos aporta, sin ser lo que creemos que necesitamos. Nuestra tendencia a definir la felicidad, y hacernos un concepto de felicidad que elimina todas las demás opciones de ser feliz. Somos nosotros mismos los que ponemos barreras a la felicidad. Somos nosotros mismos los que embarramos el charco y nos dejamos hundir en él.
Pero, ¿como ser feliz?. Esa es la pregunta que todos nos hacemos. Y yo propongo que se estudie la posibilidad que proponen las religiones: Entrega, sacrificio y amor. No es ninguna tontería, y de hecho, prácticamente todas las religiones hablan de lo mismo. Las florituras varían, pero la esencia es la misma. Porque todas las religiones se orientan a la felicidad del hombre. Y de hecho, ¿cuando nos sentimos bien? Cuando hacemos algo por los demás; cuando sabemos que estamos dando lo mejor de nosotros mismos,aunque los resultados no sean los mejores; cuando queremos a alguien de forma incondicional, porque no necesitamos que nos demuestre nada, simplemente le queremos. Por eso la tendencia a pensar en el matrimonio como mejor opción hacia la felicidad.
No estamos determinados a nada. En manos de cada uno está hundirse en el charco o seguir nadando sobre la superficie.
No sé si he conseguido explicarme todo lo adecuadamente que hubiera deseado. Ahora es labor vuestra meditar sobre esto, y sacar vuestras propias conclusiones.
Juan, aún no sabes quién soy?
Podríamos decir que la felicidad absoluta no está a nuestro alcance. Hay quien la espera al otro lado de la muerte como unica opción a la resignación que supone acpetar la no felicidad en esta vida, como unico sentido al sudor de un largo camino.
La felicidad relativa consistiría en conformarse con un estado mediocre de felicidad, aportado por cosas sencillas y sin demasiadas exigencias.
Pero, ¿estamos determinados a ser más o menos felices? ¿Tenemos un destino establecido para acabar de una u otra forma en un plazo de "equis" años?
Mi opinión es que la felicidad está en cada uno. Cada uno busca su forma de ser feliz. El error es buscar la felicidad en lo estipulado. ¿Por qué todo el mundo supone que va a encontrar la felicidad casandose y teniendo hijos? ¿Por qué todo el mundo cree que esos momentos de felicidad se mantendrán hasta el fin de sus días?
Creo que lo de casarse y tener hijos, es una muy buena opción,(a mucha gente le sale bien, pero a mucha otra no) y sin embargo creo que cuesta más trabajo que ninguna otra. Y el trabajo nubla la idea de felicidad supuesta para el matrimonio. Porque no se asume la felicidad del matrimonio unida al trabajo que conlleva. Aceptan un camino duro, basándose solo en un amor que el tiempo la rutina y el esfuerzo van consumiendo. Y cuando éste se desvanece por completo ya es demasiado tarde. Y es que el amor exige esfuerzo, y en eso se basa. En dar, en amar. Pero siempre acabamos exigiendo. Así que casarse y pretender ser feliz supone aceptar el sacrificio hasta el final y desde el principio. Sin esta conciencia, el esfuerzo cae sobre las personas pudiendo con ellas.
Pero a lo que voy es a la conclusión personal de que la felicidad, así como la infelicidad está en cada uno. No depende del mundo que nos rodea sino de cómo el mundo interacciona en nosotros, dependiendo de nuestra actitud. Estoy convencido de que la infelicidad es creada por uno mismo, por nuestra tendencia a buscar ciertas cosas en el lugar inadecuado. Nuestra tendencia de esperar lo que queremos de algo que nos ofrece una cosa muy distinta. Nuestra tendencia de exigir lo que no se nos puede dar. Nuestra tendencia de no aceptar lo que se nos aporta, sin ser lo que creemos que necesitamos. Nuestra tendencia a definir la felicidad, y hacernos un concepto de felicidad que elimina todas las demás opciones de ser feliz. Somos nosotros mismos los que ponemos barreras a la felicidad. Somos nosotros mismos los que embarramos el charco y nos dejamos hundir en él.
Pero, ¿como ser feliz?. Esa es la pregunta que todos nos hacemos. Y yo propongo que se estudie la posibilidad que proponen las religiones: Entrega, sacrificio y amor. No es ninguna tontería, y de hecho, prácticamente todas las religiones hablan de lo mismo. Las florituras varían, pero la esencia es la misma. Porque todas las religiones se orientan a la felicidad del hombre. Y de hecho, ¿cuando nos sentimos bien? Cuando hacemos algo por los demás; cuando sabemos que estamos dando lo mejor de nosotros mismos,aunque los resultados no sean los mejores; cuando queremos a alguien de forma incondicional, porque no necesitamos que nos demuestre nada, simplemente le queremos. Por eso la tendencia a pensar en el matrimonio como mejor opción hacia la felicidad.
No estamos determinados a nada. En manos de cada uno está hundirse en el charco o seguir nadando sobre la superficie.
No sé si he conseguido explicarme todo lo adecuadamente que hubiera deseado. Ahora es labor vuestra meditar sobre esto, y sacar vuestras propias conclusiones.
Juan, aún no sabes quién soy?
2 Comments:
Pues si que lo se, pero desde luego que si no me lo llegas a decir, no lo sabría, porque averiguarlo por este post, esta un poco chungo.
jeje.... Yo pensé que ya andarías sobre la pista, porque la verdad, mi tapadera era un poco burda...Igual mantengo mi imagen de incógnito... no sé. Es divertido...
1abrazo
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